domingo, 23 de febrero de 2014

EL PATRÓN AUTORITARIO




Los patrones autoritarios son personas difíciles, bastante complicados, patrones que día a día hacen difícil nuestra tarea en el trabajo, incluso pareciera que encuentran placer haciéndonos compleja la convivencia o nuestra labor en la oficina. Sus órdenes agresivas nos alteran ya que no le puedes responder de igual manera porque de hacerlo estaríamos poniendo en riesgo nuestro empleo. Intentar construir cualquier tipo de comunicación con gente como lo es un patrón autoritario implicará tener que aprender a controlar nuestros impulsos y emociones.

Estoy completamente seguro de que al leer éstos párrafos usted ya tiene varios nombres en mente aparte de jefe inmediato, Quizá algún familiar ya sea su primo, abuelo, tío, esposo, esposa, novio o novia.

Los patrones autoritarios son personas cuya agresión verbal y psicológica parece emanar por su sangre, provocando un desgaste físico y psicológico muy grande a quien debe tratar con ellos.

Cuánto tiempo desperdiciamos al dedicarle tiempo a pensar cuestiones tales como: ¿Habrá despertado de buenas tan siquiera este día? ¿Hoy será un día sereno, tranquilo o turbio y perturbador?, ¿Estará animoso o nos amargará el día?

Es así como vivimos nuestro día a día en la oficina, pendientes de las emociones ajenas, dejando en manos de otros nuestro bien estar por permitir que su humor influya en nosotros. En ocasiones somos partícipes de persistentes intercambios verbales que nos llevan a reflexionar en qué es exactamente lo que debemos responder, cómo, cuándo y porqué debemos hacerlo para esquivar el despertar la agresión del otro.

Las personas autoritarias tienen dentro de su diccionario una palabra favorita que utilizan muy a menudo para responderle a quienes agrede y es “NO”. Hagas lo que hagas, por más esfuerzo, empeño y dedicación que le pongas a tus labores y cuando propongas mejoras para facilitar alguna actividad por más buena que sea esa idea, él solo responderá “NO” sin tener que darte argumentos.

La peor parte es cuando esto nos ocurre tendemos a sentirnos mal y acabamos por realmente creernos que quizá nuestras ideas o propuestas no eran tan buenas como inicialmente creíamos.

El patrón autoritario es aquel que tiene como intención final hacerte sentir poca cosa, insuficiente, frágil, endeble, indeciso. Su fin es hacerte creer que él lo sabe todo y esto sin mencionar que tiene el poder, el talento e ingenio para llevar a cabo cualquier cosa que se empeñe en hacer.  Lo más previsible es que si te empeñas tanto por mantener la calma y evitar perder el control, claudiques para evitar futuros enfrentamientos haciéndote cargo de cada palabra y de cada suceso aunque no seas responsable.

Toda persona que es víctima de un patrón autoritario constantemente se culpan a si mismos forman en su mente preguntas como: ¿Qué he hecho mal para que mi patrón me trate de esa manera? La respuesta es que usted no ha hecho absolutamente nada. Hagas o dejes de hacer, la persona autoritaria siempre hallará motivos con los cuales pueda discutir y crear conflictos.

Lo que sí es significativo entre tantas incógnitas es que abras los ojos y te des cuenta de que esas provocaciones no deberían perjudicar tu autoestima ni modificar tu  temperamento ya que sí  ocurre lo contrario, le estarías quedando a su entera disposición para ser fácilmente manipulable.



domingo, 9 de febrero de 2014

¿ERES DE LOS QUE USAN UNA CARETA EN TU TRABAJO Y/O EN TU VIDA DIARIA?



¿Habrá alguna persona que no haya usado en algún momento de su vida una careta?

Todos hemos actuado de una forma distinta a la que realmente somos para que los demás no nos reconozcan. Sin importar si usted es de sexo masculino o sexo femenino, nos hemos convertido, con el paso de los años, en unos expertos en el uso de las caretas. Conocemos perfectamente cuál de todas ellas usar dependiendo con quien estemos y la situación por la que estemos pasando, pero en medio de ese afán que no nos permite descansar, terminamos por desconocer quien realmente somos. Las caretas no hacen distinción de raza, edad, posición económica, nacionalidad, cultura o creencia religiosa.

Hay habilidades, virtudes, talentos, que solo te pertenecen a ti y fueron creados para que solo tú los pulas como se pule un diamante y puedas brillar como el brillo que emana un diamante; sin embargo, a veces optamos por usar caretas, emular algo o a alguien para no exhibirnos como realmente somos.
Algunas de las caretas que usamos son:

CARETA DE PODER: Hay quienes la usan para asegurar sus necesidades primarias, pero se aferran en convencer a los demás del poder que poseen. Quienes portan ésta careta suelen usar frases como “El diputado es muy amigo mío” o “el director de la empresa y yo estudiamos juntos en la universidad”

CARETA DE SUPERIORIDAD: las portan quienes suelen cargar su currículo a todos lugares ya que estas personas necesitan impresionar, destacar, predominar y aventajar a los demás.

CARETA DE VÍCTIMA: La visten aquellas personas que jamás sonríen, padecen por todo, la mayor parte del tiempo se la pasan afligidos y angustiados y solo lo malo les ocurre a ellos ¡Jamás podrás igualarlos en tragedias!

Sin darnos cuenta, acabamos necesitando cada vez más y más caretas para ser el protagonista de la novela que quieres que otros crean que eres. Ignorando que éstas caretas acaban por ridiculizar tu vida, encarcelando poco a poco tus emociones y convirtiéndote en un ser dependiente de ellas.

Suponga usted que un fin de semana se va de fiesta y se lleva puesta una careta. La portas durante todo el evento, te la pasa de lo mejor, pero resulta que a la mañana siguiente, al despertar, te paras frente al espejo y te asombras porque no identificas a la persona frente al espejo. La peor parte es cuando intentas liberarte de esa careta y ¡oh sorpresa! No lograr hacerlo porque el adhesivo que usaste para poner la careta en tu rostro es tan fuerte que no te la puedes quitar nunca más en la vida.

¿Te imaginas ir todos los días al trabajo con ésa careta, verte al espejo y mirarte así? Sería una pena.
De igual forma las caretas terminan por adherirse a tu piel y tú necesitando cada vez más y más de ellas. Pero la verdad es que solo nos sirven para aparentar algo que no eres.

Por eso cuando tomes la decisión de quitártela y exhibirte ante todos como realmente eres, con tus desperfectos y capacidades, es allí donde dará inicio tu nuevo cambio. En el instante en que tomes la firme decisión no usarla más, todo el desgaste que tienes por haberla cargado durante mucho tiempo, se transformará en energía, misma que deberás usarla para alcanzar tus metas y objetivos tanto en tu trabajo como en tu vida.



lunes, 20 de enero de 2014

¿QUÉ ES UN WORKAHOLIC?







Un workaholic es aquella persona que tiene una necesidad compulsiva e implacable para trabajar. En psicología se le define como una persona obsesivamente adicta al trabajo. Este término surge en la actualidad por la dificultad que se tiene en encontrar un empleo digno, por la numerosa competencia profesional que existe, por mantener un empleo o para obtener un empleo de mayor jerarquía en una organización mismo que será mejor remunerado pues uno de los mayores miedos que la causan inseguridad a el ser humano es precisamente la pérdida del empleo.

Un workaholic es pues una persona que trabaja compulsivamente a expensas de otras actividades. Esto último les provoca un gran estrés, es decir, al tomar un descanso de unos breves días o “parar” con la actividad, que es trabajar, sienten que algo les hace falta y comienzan a padecer síntomas de desasosiego  lo cual termina provocando más estrés y ansiedad en la persona afectada por éste padecimiento.

Se trata de seres sumamente ansiosos, exigentes consigo  mismos a quienes les es más sencillo cumplir de forma permanente con obligaciones que dejar de hacerlo.

Normalmente se ve reflejado en aquellas personas que dedican todos sus esfuerzos en el trabajo diario, se desprenden de todo lo demás que ocurre en su vida  ya sea su vida social, familiar, tiempo libre, etc. por enfocarse únicamente en sus responsabilidades y actividades de trabajo. Pero también se refleja en aquellas personas que dedican más tiempo a la realización de su trabajo con el fin de hacerlo de una mejor manera, aquellas que consideramos personas perfeccionistas, que se esmeran en realizar sus responsabilidades de la manera más perfecta posible. 

 
La diferencia entre ambos tipos de workaholics es que el primero ha llegado a un nivel obsesivo por esforzarse en su trabajo y el segundo lo hace con una motivación de por medio.  Si bien es cierto uno puede verse de manera de negativa y el otro de manera positiva, es importante hacer una reflexión de la actitud que tenemos ante el trabajo, ya que ser un workaholic también puede derivar en enfermedad de quien padece éste mal como alta presión, fuertes crisis de ansiedad que deben ser tratadas necesariamente por un médico especialista, en éste caso un psiquiatra.

viernes, 10 de enero de 2014

EL ÉXITO Y LA SÚPER MOTIVACIÓN






La motivación es primordial para el éxito. Sin la motivación, es casi imposible que nos sintamos capaces e interesados en realizar ciertas actividades necesarias para el cumplimiento de objetivos.
 
Estar motivado y tener automotivación significa que el nivel de resistencia hacia cierta actividad o tarea es mínimo o prácticamente nulo. En otras palabras, la motivación es aquella emoción que sientes cuando te agrada la idea de hacer algo y tienes las ganas y la voluntad de hacerlo.

Pero existe otro concepto que  va más allá de la motivación y se le denomina La súper motivación.

La Súper Motivación no es un concepto formal y existente, sino más bien una forma moderna de llamar a la motivación extrema.

Seguramente te ha ocurrido que tienes la desgana de estudiar  o te han dado ganas de dormir, platicar con un amigo, ver una película, jugar futbol, ir a una fiesta, etc. ¿Has sentido alguna vez un deseo ferviente de hacer cierta actividad, no necesariamente de trabajo o estudio?

Eso es Súper Motivación. Aquello que queremos hacer por encima de todas las cosas.

Aunque comúnmente utilizamos el concepto “desmotivación” como antónimo de motivación, en realidad no hay tal cosa ya que en todo momento nos sentimos motivados, sólo que no siempre en el mismo grado hacia las mismas actividades.

Algunas veces nos sentimos motivados a dibujar, otras a salir de paseo, otras veces a ejercitarnos, otras veces a bailar, etc.

La pregunta es: ¿Será posible alcanzar un nivel de súper Motivación para lo que yo desee? Y la respuesta es , y No.

Sí, porque tenemos a la mano la psicología humana, que nos enseña múltiples matices de nuestra personalidad y actitud, con base en lo cual podemos tomar ventaja para actuar de forma óptima.
Y no, porque motivarte a ti mismo a hacer algo que odias resulta extremadamente difícil.

Habiendo dicho eso, existen básicamente 4 elementos primordiales de la motivación que deberías tener en cuenta:

1. Sensación De Capacidad
Esto significa pensar y creer que eres suficientemente capaz de hacer algo. ¿Cuántas veces te ha ocurrido que sólo por el temor que sientes a no ser capaz de hacer algo, nunca intentaste hacerlo? La motivación le pertenece a aquel que se siente capaz de lograr las cosas. O en otras palabras, de quien cuenta con autoeficacia.

Si no te sientes capaz de hacer algo, o de llevarlo a cabo efectivamente, entonces la solución es aumentar tu nivel de preparación, ya sea estudiando, practicando, investigando, viendo a otros hacerlo, etc.

2. Valor Y Deleite
¿Crees poder motivarte a hacer algo que odies con toda tu alma? No es posible, a menos que haya castigos u otras cosas parecidas, pero en ese caso no hablamos de motivación sino de obligación (como los empleados que trabajan por dinero y no por vocación).

Es simple: Si quieres estar motivado, lo que vas a hacer debe tener valor para ti y debes poder gozar y divertirte con lo que haces. Si no es algo que te divierta, al menos debes poder llevarlo a cabo en un entorno ameno y debes poder deleitarte con la experiencia. Para esto, es bueno tener a la mano una buena bebida, quizás algo de música, una temperatura adecuada, un entorno libre de distractores y desorden, etc. Como ejemplo: es común ver estudiantes muy desordenados que no tienen motivación para estudiar.

3. Control De Ímpetu
¿Qué tantas otras cosas quieres hacer en este momento aparte de leer este artículo? Si son muchas, quizás no te sientas tan motivado a leer. El ímpetu es el deseo de estar haciendo otras cosas en determinado momento, y la buena noticia es que esto es bastante fácil de controlar, pues la mayoría de los impulsos provienen de interrupciones del entorno.

Estas interrupciones vienen en forma de notificaciones de redes sociales, llamadas telefónicas, mensajes de texto, amigos o familiares, etc. Si controlas las cosas que pueden interrumpirte y sacarte de tu camino en determinado instante, será casi imposible que quieras hacer otra cosa, por tanto, estarás motivado.

4. Percepción Del Tiempo
¿Qué es más fácil para ti? ¿Bajar 40 Kilos en 1 año? ¿O salir a trotar 30 minutos hoy? A pesar de que lo segundo lleva a lo primero, lo primero parece infinito, lo segundo termina en un rato.

Cuando percibimos que alguna actividad durará para siempre, nos da desidia y mejor nos motivamos a hacer otras cosas, pero si logramos organizar el tiempo de tal manera que lo percibamos distinto y mucho más corto, la motivación se mantendrá inerte.

Esto lo vemos claro en personas que quieren leer un libro de 950 páginas. Probablemente con sólo ver el grosor del libro ya no lo lean. ¿Por qué? Porque la percepción del tiempo les dice que tendrán que dedicarle mucho tiempo a la lectura del mencionado libro. La solución puede ser más bien leer 60 minutos diarios o un capítulo diario. Cuando distribuyes el tiempo de esta manera, sabes que HOY, sólo tendrás que leer 60 minutos. No importa cuánto avances, y no importa cuánto te falte. Lees una hora y listo.

¿Y Qué Es  Entonces La súper Motivación?
Muy sencillo: Las 4 cosas juntas.

Un buen sensación de capacidad, una gran percepción de valor y deleite, un estricto control de ímpetu y una percepción del tiempo corto y realizable.

Cuando juntas estos componentes, puedes convertir prácticamente cualquier actividad en algo que te súper Motive, y créeme que los resultados que obtiene una persona súper Motivada, son grandiosos